lunes, diciembre 11, 2006

De como otras lenguas degustan nuestra comida
















En este momento me encuentro en Houston, Texas (o Tejas, como prefieran) y he sido gratamete soprendido por la cantidad de latinos/hispanos y la influencia que tenemos en esta ciudad. Por supuesto es casi obvio darse cuenta que esta cuidad esta muy cerca de Mexico y se quiera o no ha sido el lugar de llegada de muchos inmigrantes al pais (legales o ilegales). Por esa razon la variedad gastronómica encontrada en esta ciudad tiene una marcada tendencia latina, desde la comida mexicana hasta la argentina. En ese recorrido latino americano es agradablemente soprendente encontrarse con negocios colombianos. Varios han llamado mi atencion particularmente, entre ellos una venta de empanadas llamada "El Paisa" y un restaurante muy famoso aqui llamado "Mi pueblito".
En busca de nuevas aventuras mis companeros de trabajo decidieron hacer caso a mi sugerencia para la comida hace unos dias, de manera que terminamos en el restaurante colombiano. Las nacionalidades eran un buen contraste: un holandes, un noruego/frances, un pakistani y yo (que estaba jugando de local).
La experiencia en el restaurante arrancó bien, estaba lleno, y no solo en Colombia se dice que uno debe comer en el lugar que este mas lleno. La decoracion ayudó mucho, las mesas tienen el vidrio protector sobre el mantel y los individuales, de forma que si uno chorrea el ajiaco no se ensucia el mantel. Entre los platos interesantes siempre aparece la lengua en salsa, las empanadas de entrada, la bandeja paisa...en fin. La variedad es increible... hasta el punto de poder degustar un delicioso refajo, al mejor estilo colombiano, como dirían los gringos: priceless (aun me queda la duda de si es posible conseguir ponymalta..?), el menu incluye jugos naturales, en sus dos versiones conocidas (en agua y en leche) con toda clase de deliciosos frutos, desde la papaya hasta el tomate de árbol, pasando por la guanabana, la guayaba, el lulo y el maracuyá.
Mis compañeros se dejaron ayudar en la selección de los manjares y aceptaron las sugerencias de la lengua en salsa y la bandeja paisa, con jugos de mango y guanabana. El veredicto final fue bueno, les pareció que la comida colombiana es comida hecha en casa, natural, sin sabores artificiales y al parecer no hubo efectos colaterales debidos al efecto de la poderosa bandeja paisa en los delicados estómagos europeos.

Anexo:
De la misma manera y con gran sorpresa debo resaltar la cantidad de productos colombianos encontrados en el supermercado Fiesta en Houston. Con mucho agrado es posible encontar obleas con arequipe, bocadillos, avena y demás.